Tras la inauguración del CICFEM, el primer panel del congreso nos regaló ayer un análisis desde múltiples perspectivas para que podamos reflexionar y comentar entre personas adultas, y con las más jóvenes, para mejorar las vidas de todos y todas. Os traemos unas breves anotaciones de las ideas que tuvimos la suerte de escuchar y la oportunidad de dialogar.

El Dr. Ramón Flecha, catedrático emérito de la Universidad de Barcelona y primer científico del mundo en las categorías de Social Impact y Gender Violence (Google Scholar), abrió el panel poniendo sobre la mesa un tema que puede generar productivos debates en familias y en entornos educativos:

¿Qué relación hay entre el capital depredador y la fealdad? El capital depredador obtiene más beneficio de la fealdad, por eso la promociona.

Cuando la mayoría de las personas que fumaban (y que sufrían cáncer de pulmón) eran hombres, se inició una agresiva campaña para vender el tabaco también a las mujeres. Algunas personas consideraban como algo liberador el hecho de que también las mujeres fumaran, como un avance hacia la igualdad, en el sentido de “hacer lo mismo que los hombres”. Con el mismo objetivo, el beneficio económico, se empezó a promocionar la “marcha nocturna” y las relaciones de usar y tirar.

El discurso coercitivo del capital depredador dice que la belleza es clásica, tradicional, sumisa, machista, y que la fealdad es transgresora, innovadora, libre. Este discurso es capaz de presentar a un gran mediocre como gran intelectual si defiende cualquier tipo de fealdad rentable.

La Dra. Elisabeth Torras-Gómez, investigadora posdoctoral Margarita Salas en la Universidad de Barcelona y la Universidad Autónoma de Barcelona, Premio Extraordinario de Doctorado 2021 por su tesis “El derecho al placer de enamorarnos. Aportes desde la socialización preventiva de la violencia de género”, continúa la exposición:

Este sector del capital no tiene ningún reparo en empeorar la sociedad para generar mayores beneficios, fomentando las relaciones de usar y tirar en los ambientes de marcha nocturna. Sin embargo, las personas vemos claramente qué tipo de relaciones son bonitas y cuáles son feas. Nadie quiere ser la chica del callejón a las 5 de la mañana.

Las relaciones humanas de calidad no cuestan dinero. ¿Por qué se promocionan entonces las relaciones feas? Porque el amor y la amistad no generan negocio.

Ane Lopez de Aguileta, investigadora predoctoral y doctoranda de la Escuela de Trabajo Social de la Universitat de Barcelona y clarinetista titulada por el Conservatorio Superior de Música de Aragón, nos trae este importante mensaje que podemos compartir con familia, amistades, alumnado, etcétera, para pensar juntos y juntas qué tipo de relaciones queremos:

Canciones con mensajes bellos, que hablan de relaciones bonitas, y canciones con mensajes feos, que promueven relaciones despreciativas. Lo importante no es el estilo musical, sino qué hay detrás, es decir, si detrás está ese capital depredador que tiene como único interés el beneficio económico.

Dra. Lidia Puigvert, catedrática de la Universidad de Barcelona, líder mundial en las aportaciones del feminismo dialógico para la superación de la violencia de género y Nº 7 del mundo en la categoría Gender Violence (Google Scholar), aporta evidencias para hacernos más conscientes de la realidad sobre la violencia de género:

Tras una agresión sexual ocurren cosas que hacen que la víctima no cuente los hechos como realmente ocurrieron.

Al capitalismo depredador le interesa promover autores intelectualmente mediocres y antifeministas que incluso defienden la despenalización de la pederastia. Al basarse en este tipo de autores, se fomentan ideas como que “todas las relaciones son de poder”, o que “todos los hombres son potenciales agresores”; ideas que obstaculizan cualquier progreso hacia la igualdad.

Cada vez hay más apoyo a las personas que se atreven a contar. Cada vez nos posicionamos más del lado de las víctimas. El cuarto artículo más citado de la revista científica Violence Against Women es sobre la violencia de género aisladora, es decir, aquella que sufren quienes apoyan a las víctimas.

Esperamos que estos mensajes que traemos hoy contribuyan a enriquecer los diálogos que tenemos las personas que queremos un mundo mejor para nosotros, nosotras y las personas más jóvenes.