El debate en torno al consentimiento sexual sigue generando gran preocupación en diversidad de entornos, entre ellos, el educativo. En este artículo científico, enmarcado en el proyecto I+D+i CONSENT (PID2019-110466RB-I00), se analizaron 1465 comentarios en Twitter y otras redes sociales que se referían a escenas de series y películas visionadas especialmente por público joven, en las que se debatía la ausencia o presencia de consentimiento sexual.
La novedad de este análisis radica en la incorporación de los actos comunicativos en el consentimiento sexual, desligándose de debates polarizados, como el “no es no” o el “solo sí es sí”, que siguen anclados en el lenguaje verbal y que no superan la problemática porque no recogen todos los elementos que intervienen en la comunicación del consentimiento. Por el contrario, los actos comunicativos describen 3 tipos de poder que van más allá de los actos verbales: poder físico (fuerza física), poder institucional (cuando uno de los interlocutores tiene una posición de superioridad o ventaja sobre la otra), o poder interactivo (que incluyen el contexto social y la intención de los individuos).
Así pues, en la comunicación del consentimiento, las interacciones solo pueden ser de dos tipos: desde los actos comunicativos de poder (de cualquiera de los tres tipos: físico, institucional o interactivo), que se asocia a la coacción, o desde los actos comunicativos dialógicos (consentimiento), es decir, libre de cualquiera de los tres tipos de interacción de poder.
El análisis de este artículo destacó 3 resultados principales al respecto de las escenas comentadas:
- Aunque aún son pocos, empiezan a surgir debates en torno al consentimiento que van más allá de los actos verbales y no verbales según salen en las series y películas.
- Se da un posicionamiento mayoritario en favor de aquellos personajes que visibilizan el consentimiento y lo respetan y en contra de los personajes que lo ignoran y ejercen coacción.
- Percepción de que las situaciones de coacción experimentadas en sus vidas, y que inicialmente no habían identificado como tales, podrían ahora evitarlas en el futuro.
Es, de hecho, este último resultado el que se asocia a un mayor impacto, donde el visionado de escenas de falta de consentimiento, especialmente de aquellas que no incluyen forcejeo físico, ayudó a identificar situaciones pasadas y que los usuarios no habían asociado a la falta de consentimiento.
Esto indica la necesidad de incrementar las interacciones y diálogos al respecto, en cuantos más contextos, mejor. Sin embargo, dos requisitos son imprescindibles: 1) que las interacciones se generen en entornos seguros y 2) que se aporten las evidencias científicas de consentimiento sexual desde los actos comunicativos. Solo los diálogos e interacciones que se den bajo estas dos condiciones tienen el potencial de ayudar a identificar interacciones de poder y así contribuir a evitar situaciones de coacción, promoviendo el deseo hacia relaciones de libertad y pleno consentimiento.