En las últimas décadas, en la mayoría de los países se ha hecho un esfuerzo por garantizar la educación básica universal para niñas, niños y personas jóvenes y adultas de diferentes colectivos. Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU están directamente relacionados con este reto, aunque algunos de ellos, como el 4, el 5 y el 10, lo están más directamente. Sin embargo, tras el cierre de las escuelas debido a la pandemia del covid 19, cuando volvieron a abrir, tanto el aprendizaje como el clima positivo de convivencia en la diversidad disminuyeron en la mayoría de los países.
La Publicación de Datos sobre Educación de la UNESCO , publicada en 2022, señala que el 70% de los niños de 10 años de países de ingresos bajos y medios no son capaces de leer una frase con comprensión. Además, los sistemas educativos de muchos países están preocupados por el clima difícil y hostil de las relaciones entre alumnos en las escuelas. La calidad de las relaciones entre compañeros y personal en las escuelas y sus alrededores repercute directamente en la posibilidad de aprendizaje de los estudiantes y en su salud. Se han denunciado actos racistas, violencia de género y homofobia como motivos de bullying en persona o en las redes sociales en escuelas de todo el mundo. Por eso decimos que en las escuelas deben garantizarse ambas cosas a la vez: la dimensión instrumental del aprendizaje y el desarrollo de la acogida de la diversidad. Pero una alerta: se desaconsejan enérgicamente las acciones específicas basadas únicamente en la buena voluntad y las opiniones personales de investigadores o profesionales. Es necesario afrontar los retos con coherencia y basándose en evidencias científicas.
Aquí destacamos una importante investigación sobre cómo las tertulias literarias dialógicas desarrolladas en escuelas de Ghana ayudaron a alumnos de diferentes etnias y lenguas a aprender inglés, permitiéndoles comunicarse entre ellos, además de mejorar la calidad de la convivencia y la aceptación de la diversidad por parte de todos los alumnos, chicos y chicas. Los programas que pretenden superar el racismo, la misoginia, la homofobia… tienen que articularse con la garantía del aprendizaje de los contenidos fundamentales para la autonomía en la sociedad de la información. Un elemento no puede oponerse al otro. Ambos necesitan ser abordados al mismo tiempo, de forma dialogante e instigadora. ¡El artículo enlazado aporta un gran ejemplo!
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