En muchos hogares, la televisión se convierte en un acompañante constante, a menudo encendida como fondo sonoro mientras las familias realizan sus actividades diarias. Sin embargo, un estudio arroja luz sobre los efectos adversos que esta práctica puede tener en los niños  y las niñas más pequeñas.

Investigaciones como Television and Very Young Children, llevadas a cabo por Anderson y Penmpek (2005), sugieren que la llamada “televisión de fondo” puede ser particularmente perjudicial para los niños y niñas en etapas tempranas de desarrollo. Este fenómeno ocurre cuando los niños y las niñas se encuentran en habitaciones donde la televisión está encendida, exponiéndolos involuntariamente a contenido diseñado para personas adultas. Durante estos momentos, aunque los padres están presentes, su interacción directa con los niños disminuye notablemente, según lo evidencia el estudio Family experiences and television viewing as predictors of children’s imagination, restlessness, and aggression. Los investigadores Singer and Singer, quienes realizaron un experimento con las familias y sus menores de edad en su laboratorio, observaron cómo la presencia de la televisión afectó al comportamiento infantil durante el juego. Durante una sesión de una hora, los investigadores reprodujeron programación para personas adultas durante 30 minutos, mientras que en la otra mitad del tiempo la televisión permaneció apagada. Los resultados fueron reveladores: cuando la televisión estaba encendida, los niños y las niñas mostraron periodos de juego más cortos, menos complejos y con una atención menos concentrada, en comparación con los momentos en que la televisión no estaba presente.

Además, estudios posteriores realizados por Kirkorian y colegas (2008) reforzaron estos hallazgos al observar que la interacción de los padres con sus hijos e hijas disminuyó significativamente cuando la televisión estaba encendida en segundo plano. Esta falta de interacción directa puede tener consecuencias negativas a largo plazo en el desarrollo social y cognitivo de los niños, afectando su capacidad de aprendizaje y su habilidad para mantener la concentración en actividades importantes para su crecimiento.

Las personas expertas advierten que la televisión de fondo actúa como una distracción constante, desviando la atención de los niños y las niñas hacia estímulos auditivos y visuales que no son apropiados para su edad. Este tipo de exposición temprana puede interferir con el desarrollo de habilidades sociales y cognitivas fundamentales, obstaculizando su capacidad para participar activamente en juegos y actividades educativas.

En conclusión, aunque la televisión puede ser una herramienta de entretenimiento y aprendizaje en el hogar, su uso indiscriminado como fondo sonoro podría tener repercusiones significativas en el desarrollo de los y las más pequeñas.

[Este artículo se publicó por primera vez en DF Diario Feminista el 11 de julio de 2024
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Por Beatriz Villarejo

Investigadora Maria Zambrano y profesora en la Facultad de Ciencias de la Comunicación en la Universitat Autònoma de Barcelona