Recientemente, he tenido la oportunidad de leer una publicación de la Graduate School of Education de Harvard en la que numerosas investigaciones destacan la importancia de los aprendizajes en el período infantil de una persona como un factor altamente influyente en el posterior desarrollo de su vida, para su salud, su educación y demás.

Esta publicación apunta que en los últimos años se ha puesto el foco en la salud relacional temprana, es decir, en la influencia relevante que tienen, desde el nacimiento, las relaciones con otras personas del entorno familiar, escolar, comunitario… en el desarrollo saludable del niño o niña. Estas relaciones, según este concepto, deberían ser seguras, estables y de cuidado. 

Cuando leía esto, reflexionaba conmigo misma sobre el importante papel que desempeñan muchas escuelas en las que se fomentan relaciones humanas de calidad, por ejemplo, a través del club de valientes violencia cero o el modelo dialógico de prevención y resolución de conflictos, implicando tanto a las familias como a los niños y a las niñas.

En este mismo informe, se recogen 5 principios que pueden guiar a los profesionales de la salud, la educación y los servicios sociales en la salud relacional temprana:

  1. Confiar en los padres y madres, pues hay que tener en cuenta que quieren lo mejor para sus hijos e hijas.
  2. Centrarse en lo simple y lo ordinario; no importa la cantidad sino la calidad, que puede estar en las cosas más sencillas y cercanas.
  3. «Se necesita a todo un pueblo para educar a un niño», porque tejer una red de ayuda es importante para apoyar a las familias siempre que lo necesiten.
  4. Conocer a los padres y familias donde se encuentran, para reducir desigualdades y brindar oportunidades de mejora.
  5. Desarrollar relaciones paralelas, construyéndolas entre los diferentes profesionales que tienen contacto con los niños y las niñas y sus familias.

Quería compartir un ejemplo del punto 2 porque me hizo pensar en las tertulias literarias dialógicas, ya que es una actuación en la que se fomenta un tipo de relación dialógica entre el o la menor y la persona adulta:

“Concéntrese en la relación en lugar de las actividades. En lugar de instar a los padres a que le lean a sus hijos, pueden leer con ellos, preparar la cena con ellos, etc.”

Y me refiero concretamente a cuando animamos a las familias a leer el texto literario con sus hijos e hijas en casa, ya sea en infantil o en 6º de primaria, por la importancia de los diálogos e interacciones que se generan a partir de la lectura dialógica que, de otro modo, quizá serían más difíciles de tratar, se abordarían de una manera poco natural o incluso nunca se darían.

Realmente, es necesario conocer las evidencias sobre el desarrollo infantil porque su futuro está en nuestras manos y, cuanto más llegue ese conocimiento a quienes conformamos “el pueblo”, más beneficio habrá en sus vidas, también para un futuro mejor.

[Imagen: Freepik]
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Por Elísabet Gómez

Maestra de educación infantil y primaria