Sabemos que la profesión docente está compuesta mayoritariamente por mujeres, aunque el porcentaje de hombres profesores se iguala conforme va avanzando el nivel de estudios. El debate no debe estar enfocado de manera simplista en el objetivo de tener más hombres docentes, sino en torno a qué hombres queremos en escuelas, institutos o universidades. Este mismo análisis sirve para monitores en educación no formal.
No necesitamos profesores de masculinidad tradicional dominante (MTD). Todos los reconocemos, especialmente en niveles educativos superiores, aunque están en escuelas también. Actúan desde sentimientos de desprecio, egoísmo y poder. Son generadores de violencia de todo tipo, ya sea racismo, clasismo o violencia de género, entre otras. Pueden aliarse con los malotes de la clase o con otros profesores chungos. Desde luego, no tienen el beneficio educativo de su alumnado como una prioridad.
Sí necesitamos profesores hombres, concretamente con valores de nueva masculinidad alternativa (NAM, por sus siglas en inglés «New Alternative Masculinities»). Movidos por la verdad, la bondad y la belleza, hay perfiles y personalidades muy distintos; de hecho, también y por suerte los tenemos ya en muchísimos centros e instituciones educativas.
¿Por qué los necesitamos? Porque junto con la mayoría de mujeres profesoras, comprometidas con la educación, construimos conjuntamente un mundo mejor. Los hombres conforman la mitad de la población y su aportación, cuando es constructiva, es clave. De igual manera lo es tener a toda la diversidad de la población como parte del profesorado, aunque ese será el tema de otro artículo. Los profesores NAM pueden ser ejemplo coherente e inspiración para chicos igualitarios, con sus acciones diarias, de un modelo de hombre alternativo que todo el mundo desea. Necesitamos la fuerza, seguridad y valentía NAM para destapar a las personas dominantes que atacan las relaciones bonitas. En la universidad, profesores en las facultades de magisterio o los másteres de profesorado pueden tener un rol especialmente inspirador para los nuevos docentes.
Puede que los profesores con actitudes NAM estén poco visibilizados, porque suelen destacar los dominantes y porque socialmente no terminamos de entender la importancia de dar atractivo a quien es bueno. Pero esto es clave, y a esto podemos contribuir familiares, estudiantado y el resto de profesorado. La unión hace la fuerza: seguro que en tu grupo de profesores hay hombres y mujeres así, y hacer piña por el bien del alumnado y del bienestar personal es una decisión inteligente.