En estos días que se está hablando en los medios de nuestro país del origen de la sociología, querría hacer una defensa de la Educación y la importancia de su vínculo con la sociología.

Muchísimas personas trabajamos con profunda entrega y vocación por la educación cada día. Una educación que sea científica, no sexista ni racista. Una educación transformadora, al servicio de mejorar realidades sociales y trayectorias de vida. Las consecuencias del desprestigio a la que ha sido sometida la escuela y el profesorado en España a diferencia de otros países no es, como algunos se han empeñado en decir, responsabilidad de la ciudadanía, ni de las familias, ni del alumnado. Aunque las causas por las que se ha infravalorado su poder transformador son diversas, hoy me gustaría aludir a una de sus principales.

En los años 80-90, el representante más poderoso de la sociología heredada del franquismo (Salustiano del Campo) colocaba al frente de la sociología de la educación española a Carlos Lerena y Mariano Fernández Enguita que nunca contribuyeron a ninguna mejora de la educación sino solo a criticar las que hacían profesionales muy entregados a su trabajo. En este artículo científico se explica con qué tácticas lo hacían, como dar la cátedra a Lerena sin que este hubiera publicado antes ni un solo artículo y ni un solo libro.

Cuando a nivel internacional ya se estaba investigando cómo la educación podía y debía contribuir a transformar las desigualdades sociales, en España, desde la sociología, se abrió una fuerte ofensiva liderada por estos autores (Carlos Lerena, Mariano Fernández Enguita o Salustiano del Campo), entre otros, diciendo que la educación, la escuela, no mejoraba las realidades sociales. En contra de lo que se pretendió hacer creer, sus ataques a la pedagogía (entre ellas a la pedagogía crítica que lideraba grandes transformaciones mundiales en ese momento) no venían de la sociología española, sino de una parte de ella. Se nos presentó como sociología y como sociología de la educación lo que diferenciaremos como “sociología” heredera del franquismo o “sociología postfranquista”

Los impactos de esta “sociología postfranquista” no quedaron solo en una parte de la sociología sino que impregnó otras ciencias sociales como la pedagogía, haciendo creer que realmente desde la educación nada se podía transformar. Estas afirmaciones contradecían numerosas realidades socioeducativas que ya mostraban mejoras increíbles como la «pedagogía del oprimido» de Paulo Freire, las «escuelas aceleradas» de Henry Levin y las «comunidades de aprendizaje» de Ramón Flecha, entre otras. O como ya lo habían mostrado en el pasado en nuestro país, la «escuela moderna» de Francisco Ferrer Guardia y la «institución libre de enseñanza» con Giner de los Ríos entre otros. En los escritos, conferencias, y contribuciones de estas personas, hay análisis científicos muy valorados internacionalmente de cómo desde las diferentes dimensiones de la educación se lograba superar graves desigualdades sociales a las que las personas eran sometidas. En cambio, en esa otra “sociología de la educación postfranquista” se hablaba de la reproducción de las desigualdades que se realizaba desde la educación, de la debilidad de la escuela ante otras estructuras sociales; pero no sólo eso, se señalaba a las personas y grupos sociales que más sufrían, como podía ser el pueblo roma, como culpable del índice de fracaso escolar o exclusión social que padecían.

La sociología de la educación que en estos momentos más impacto internacional está teniendo es muy distinta y ya crecía antes de esos años 80 y 90 a pesar del empeño de estos otros por ocultarla. Esta crece en debate constante con otras disciplinas científicas como la pedagogía, la educación social, la psicología, etc. Se lidera en co-creación dando respuesta desde y con la pedagogía y la educación a los problemas que más preocupan a la ciudadanía. Ha demostrado con innumerables evidencias que la educación puede liderar transformaciones educativas y sociales que son vitales para muchas vidas humanas y grupos sociales de múltiples características.

Por suerte, a día de hoy, cada vez emergen más congresos científicos y grupos de investigación multidisciplinares y abiertos a la ciudadanía que lideran espacios de debate rigurosos, transformadores y plurales, que no silencian los grandes logros que desde la educación estamos ya haciendo, teniendo como utopía la mejora de las realidades sociales.

image_pdfPDF
+ posts

Durante 12 años, maestra de educación especial y asesora de educación inclusiva en la Generalitat Valenciana. Actualmente, profesora de la Universitat de València. Sus líneas de investigación incluyen las Actuaciones Educativas de Éxito en diversidad de grupos sociales y etapas de aprendizaje, la formación docente, la inclusión educativa y la socialización preventiva de la violencia de género.