Circula por los medios y las redes un vídeo de una solidaridad entre dos futbolistas que contrasta con lo que con frecuencia vemos en departamentos y grupos de investigación. Parte del personal de nuestras universidades, sostenido con recursos públicos, en lugar de cumplir con su obligación de realizar aportaciones científicas que contribuyan a la mejora de la sociedad se dedican a conspirar y calumniar a quienes sí lo hacen; intentan por todos los medios que no tengan más éxitos, se entristecen si los tienen y se alegran si fracasan.

Unai es el portero titular de la selección española de fútbol. Julen es suplente en su equipo. Una solidaridad que también ha habido en otros equipos es que el titular juegue la liga y Julen la copa. La final de copa se decidió con penalties y a Julen nunca le habían lanzado ningún penalti en primera división. En el vídeo se ven no solo las palabras, sino también el conjunto de sus actos comunicativos, no solo dándole instrucciones y explicando su truco sino también inmensamente feliz por su éxito y fundiéndose en un gran abrazo al final.

En algunos departamentos y grupos de investigación hay quienes (a veces la mayoría) desean que sus colegas fracasen aunque eso perjudique no solo a la ciencia y la universidad sino también a su propio departamento o grupo. El sistema de selección y promoción de nuestras universidades fomenta esas relaciones tóxicas porque esos comportamientos no tienen consecuencias para quienes contratan y promocionan a personas que no son las que tienen más méritos científicos y ética.

En el 2007 se logró un sistema de acreditaciones por méritos que mejoró mucho la situación; ahora, aprovechando que hay que hacer cambios muy necesarios en ese sistema, se han lanzado a cuestionar los méritos científicos, además de los acosadores, quienes ni los tienen ni trabajan como hay que hacerlo para tenerlos. Pero en nuestras universidades hay personas que tienen tanta solidaridad como la que se ve en el vídeo y podrán seguir mejorando la universidad si reciben de las mejores personas el apoyo que necesitan y merecen.

[Imagen: Wikimedia Commons]
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Por Ramón Flecha

Catedrático Emérito de la Universidad de Barcelona. Investigador número 1 del ranking científico internacional Google Scholar en las categorías de "gender violence" y "social impact" (violencia de género e impacto social, respectivamente). Director de REVERS-ED.