La escuela que transforma
Hace poco nos preguntábamos si somos conscientes de las teorías que implementamos en nuestro quehacer docente. Cuando nos basamos en cualquier formación recibida o en nuestra experiencia previa como alumnado, podemos acabar reproduciendo discursos acríticos con la realidad escolar, completamente inútiles y sin ninguna evidencia que los avale. Así se fomenta la queja, lo cual no conduce a la mejora de los resultados académicos, sociales y emocionales del alumnado.
Uno de estos discursos más extendidos en el ámbito educativo es el que se fomenta a través del informe “Equality of Educational Opportunity” de James S. Coleman, donde, confundiendo correlación con relación causal, afirmó que el contexto socioeconómico y el origen étnico del alumnado eran determinantes para su éxito académico. El objetivo que tenía este informe era, a través de un discurso determinista, desacreditar cualquier política pública para la mejora educativa, precisamente, de las personas más vulnerables.
Pasados cincuenta años desde la publicación de este informe, el artículo «50 años después del informe Coleman. Las actuaciones educativas de éxito sí mejoran los resultados académicos» revisa los efectos que tuvo, y que aún están vigentes en algunos contextos, en el discurso educativo, llenándolo de desesperanza y haciendo creer que la escuela no tiene nada que hacer para transformar la sociedad.
En cambio, contrariamente al informe analizado, el artículo demuestra que, basándonos en las evidencias científicas de impacto social y en las mejores aportaciones de la sociología internacional, la escuela es la mejor herramienta de transformación social. Estudios como INCLUD-ED pusieron el foco en las actuaciones que sí mejoran la educación y crean entornos seguros para toda la comunidad, donde lo importante no es tu origen o tu nivel socioeconómico, sino la participación de toda la comunidad en la vida escolar y las interacciones que se dan en la escuela. Tal y como muestra el artículo, poner en marcha actuaciones de éxito como los grupos interactivos, la lectura dialógica y la extensión del tiempo de aprendizaje “conlleva un aumento del rendimiento académico sin que ello repercuta en un incremento del coste”, ya que una de las características para poder llevar a cabo estas actuaciones es la reorganización de los recursos humanos disponibles.
Cada día es más fácil poder conocer la mejor evidencia disponible en educación y tenemos herramientas clave que nos ayudan a elegir qué medidas adoptar en cualquier situación educativa.
Con toda esta información podremos valorar de forma crítica cualquier discurso que nos venga dado en formaciones, reuniones o charlas informales dentro o fuera de los espacios educativos. Podremos decidir libremente qué preferimos pensar: una escuela segregadora y reproduccionista o una escuela con altas expectativas, centrada en las interacciones, en la participación y en el éxito escolar de todos y todas sin exclusión.
[Imagen: Freepik]
Maestro de música y primaria en el colegio Virgen de la Salud de Elda