Desde que John Hattie publicó el libro Visible learning, se habla mucho de él. Por un lado, se ha convertido en un bestseller global que algunos han tomado como referencia para la educación. En la web del libro afirman que se trata del «santo grial de la educación».

Pero, por otro lado, la difusión de este libro ha causado gran preocupación. Las críticas que ha recibido Hattie destacan que este libro tiene defectos muy básicos y, como consecuencia de ello, han cuestionado su referencialidad. 

Fue sonada la crítica que realizó Robert Slavin al libro Visible learning: Slavin afirmó que John Hattie estaba muy equivocado. Hay errores fundamentales en el «meta-meta-análisis» de Hattie, según Slavin: por ejemplo, Hattie no utiliza filtros de calidad para seleccionar las investigaciones que incluye en su análisis, por lo que incluye exactamente igual las investigaciones originales sean de calidad o no, y esto condiciona totalmente los resultados que obtiene. 

Por otro lado, varias críticas han subrayado los errores en materia estadística de Hattie. Estas críticas definen el trabajo de Hattie como pseudociencia, y lo hacen no solo por la manera en que recoge los datos sino también por la manera en la que los analiza e interpreta. Recalcan que el trabajo de Hattie en absoluto es científicamente riguroso, y que promocionar su trabajo supone promocionar la pseudociencia.

Otro de los errores que se subrayan cuando se analiza el trabajo de Hattie es que no incluye en su meta-meta-análisis destacadísimas actuaciones educativas que han demostrado sobradamente mediante evidencias científicas que mejoran la educación. Es el caso de proyectos punteros tales como las Comunidades de Aprendizaje, que fundó Ramón Flecha, o como  el proyecto Success for All (Éxito para Todas/os), fundado por Nancy Madden y Robert Slavin. Hattie no ha tenido en cuenta el proyecto de Comunidades de Aprendizaje, a pesar de que las Actuaciones Educativas de Éxito se utilizan en más de 10.000 centros educativos de cuatro continentes y su eficacia en contextos muy diversos se ha demostrado en numerosos artículos científicos. Tampoco ha incluido Hattie el proyecto Success for all, a pesar de que este proyecto ha tenido muy buenos resultados: ha mejorado notablemente los resultados de medio millón de estudiantes en los contextos socioeconómicos más desfavorecidos. Lo mismo ha ocurrido con otros programas que también han demostrado científicamente su eficacia. 

Por otra parte, también llama la atención que Hattie no haya incluido estudios cualitativos.

Cuando elegimos cuáles son nuestras referencias en educación, es imprescindible analizar el lugar que ocupan las aportaciones analizadas en el ámbito científico. Si no lo hacemos, el riesgo de meter la pata es muy alto, y esto puede afectar negativamente a un sinfín de estudiantes. Por el contrario, cuando elegimos referentes que han demostrado con rigor científico cómo se puede mejorar la educación, estamos posibilitando transformaciones que pueden mejorar enormemente las vidas de muchas personas.

[Este artículo fue publicado por primera vez en Kaiera, en mayo de 2022]

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Profesor de la Universidad del País Vasco. Sus líneas de investigación incluyen la superación de las desigualdades en educación, especialmente en aprendizaje de segundas lenguas, la superación de la violencia de género y las masculinidades.