El movimiento MeToo Universidad se inició en el año 95 con la primera denuncia oficial realizada por Ramón Flecha por acoso sexual reincidente de un profesor contra varias alumnas. Desde entonces ha sido una red en la que han participado y a la que se han sumado personas que han sido víctimas, pero también personas que se han solidarizado. Nos mueve el mismo sentimiento profundo de convertir las universidades en espacios seguros para todas las personas.
Soñábamos con tejer redes de apoyo y que el movimiento creciera en cada universidad. Nuestro objetivo era (y sigue siendo) que nunca más una víctima se encuentre sola. Pero no queremos, ni podemos, ser nosotras las que atienden a todas y cada una de las víctimas.
Fueron muchos los pasos que durante estos años personas de la red han ido dando para romper el silencio. Mencionaremos solo uno: la realización de las primeras investigaciones sobre violencia de género en las universidades españolas; como consecuencia, se crearon las primeras oficinas de igualdad. Pero esta medida, por sí sola, no supera el acoso.
Nos encontramos con una realidad: las personas que se solidarizaban con las víctimas sufrían los más crueles ataques (amenazas de muerte, difamaciones, aislamiento, ataques incluso a los hijos e hijas de quienes se han posicionado). Es lo que hoy llamamos Violencia de Género Aisladora y, gracias al movimiento, hoy algunos gobiernos ya lo recogen como delito. En ese contexto pocas personas se atrevían a denunciar o solidarizarse. Se estaba mandando un mensaje: si denuncias, si apoyas a las víctimas, tendrás consecuencias.
La sociedad necesitaba referentes de personas que, después de los procesos de denuncia, después de los ataques, hayan tenido trayectorias exitosas. Con ese pensamiento algunas de nosotras decidimos mostrar nuestra cara al mundo en diferentes medios de comunicación y visibilizarnos como supervivientes.
Después de que un medio de comunicación muy relevante nos dedicara su portada, fueron varias las universidades y personas que nos contactaron. Decidimos dar respuesta a todas esas demandas dando otro paso adelante. Se habían creado las circunstancias ideales para tejer a mayor escala redes de apoyo en las universidades que así lo quisieran.
La última semana de septiembre de este año el movimiento decidió ponerse en ruta y hacer un total de 26 actos en 5 días abarcando 14 ciudades. Para ello se realizaron dos rutas (norte y sur), reuniéndose las dos en Madrid. Con esta primera ruta hemos contribuido a que ese sueño de tener redes de apoyo en cada universidad esté cada vez más cerca. Todas las universidades que abrieron sus puertas y las personas que nos han recibido han mandado un mensaje valiente a su comunidad. El acoso sexual en las universidades existe, pero cada vez existe menos silencio, las víctimas cada vez están menos solas. Al inicio de la primera ruta del MeToo Universidad se lanzó en las redes un poema musicado que nos inspiró y nos acompañó toda la semana. Desde entonces, nos ha seguido inspirando y estamos seguras de que va a inspirar a más personas a solidarizarse con las víctimas de violencia de género. El poema se llama “Valientes” y se trata de un himno de las personas supervivientes de la Violencia de Género Aisladora. Con este canto de esperanza, el movimiento continúa con la ilusión de seguir compartiendo rutas que nos permitan no dejar nunca de romper el silencio: enlace al vídeo.